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Gastronomía

La comida más tradicional de los polinesios rara vez se sirve en los hoteles y restaurantes de turismo. Es que tiende a ser pestilente. Como el nauseabundo fafaru, trozos de pescado fermentados en una mezcla de agua de mar y cabezas de camarones machacadas. La salsa que lo acompaña, mitihue o taioro, se fermenta de manera parecida.

Los bufés polinésicos de algunos hoteles incluyen platos tradicionales más suaves. Son cocidos durante horas, envueltos en hojas, en un horno subterráneo. Se conoce esta preparación con el nombre genérico de ma’a tahiti y comprende chancho, pescados, pollo a la espinaca, tubérculos como el ñame, la batata y el taro, un budín gomoso llamado po’e, plátanos cocidos, ‘uru (el fruto del árbol del pan) y algún otro ingrediente. Suele animarlo música isleña y habitualmente un show de bailes también.

Una especialidad local fácil de encontrar es el poisson cru. Es pariente del ceviche, sin su acidez. Cubos de atún fresco, macerados en jugo de limón, se combinan con trocitos de tomate y pepino, a veces con tiritas de zanahoria y cebolla también, y leche de coco. La variante china de poisson cru no usa leche de coco; las verduras se marinan en una vinagreta agridulce y se agrega jengibre y en ocasiones nabo.

"Poisson cru", ceviche al estilo tahitiano

La gastronomía tahitiana tiene abundante presencia china y francesa. Predominan los pescados, el atún fresco en preparaciones diversas y el mahimahi, ese pez frentudo, de sabor suave, llamado dorado en otras partes; y peces de arrecife y camarones. Mariscos se ven pocos.

La vainilla de Tahaa, de fama mundial, es el ingrediente estrella en la cocina tahitiana moderna. Otra singularidad son los desayunos llevados en piragua al búngalo sobre el agua. Son apreciados especialmente por las parejas en viaje de luna de miel y aniversario de boda.

En las excursiones con almuerzo este suele servirse en un islote apartado. Las mesas se instalan en la playa o dentro del agua y se come pollo y pescados recién atrapados puestos a la parrilla, acompañados de arroz, ensalada y algunos platillos locales.

Pescados de arrecife, Apataki, islas Tuamotu

Al menos 8 variedades de plátanos crecen en estas islas. Frutas hace siglos introducidas se han dado bien. Destacan los pomelos, nada de amargos, las dulcísimas piñas de Moorea y los mangos; melones y sandías, en cambio, tienden a ser flojos de sabor.

En Tahiti los restaurantes son muchos y variados. También hay varios en Moorea. Disminuyen en Raiatea, Huahine y Bora Bora. En otras islas escasean. Una alternativa local y pintoresca, en que se come bien, son las roulottes o furgonetas de comida. Las hay en Tahiti, Moorea, Huahine, Raiatea, Bora Bora y alguna parte más.

Comer no es barato en Polinesia. Cuesta estimar cuánto sumaría en un viaje. Algunos precios de referencia (de hotel término medio): hamburguesas, 14-21 €: ensaladas, 15 €; pastas y pizzas, 13-23 €; aves, 17-24 €; pescados, 19-30 €; carnes, 20-30 €; postres, 10-15 €.

Los sándwiches son alternativa económica afuera de los hoteles. Algunos son clásicos, pero muchos, largos y llenadores, son como platos adentro de un pan baguette: pollo con papas fritas, chaomen, atún con ensalada. Cuestan desde 2 euros en el mercado de Papeete.

La cerveza local es gustosa y se llama Hinano. Cuesta unos 2 euros en supermercados y 5,50 euros en hoteles. Las comidas se acompañan con agua embotellada (local y francesa) y vinos franceses e internacionales. El trago típico es el maitai, coctel preparado con dos tipos de rones, jugo de naranja, jugo de piña y unos golpes de limón, granadina y licor de naranja.

Desayuno en piragua, Le Tahaa by Pearl Resorts, Polinesia Francesa
Restaurante en Papeete, Tahiti, Polinesia Francesa
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